La Recuperación Funcional puede considerarse la misión básica y más específica del fisioterapeuta. En esencia consiste en devolver la funcionalidad perdida por una lesión o patología previa.
A menudo ocurre que, tras una lesión o proceso patológico del tipo que sea (respiratorio, neurológico, metabólico, etc.) y, una vez superado éste o reparadas las lesiones óseas, musculares, tendinosas o de cualquier otra etiología resultado de una lesión, el paciente sigue sufriendo limitaciones, dolor y/ o diferentes incapacidades.
En muchos casos estas personas tienen que afrontar la incomprensión e incluso el enfado de su entorno, y escuchan frases como:
– «Ya estás bien, deja de quejarte». – «No lo haces porque no quieres». – «Ya estás curado, no te pasa nada».Todos conocemos algún caso en el que tras proceso de este tipo quedan alteraciones que generan dificultades o cambios en la vida diaria de los pacientes.
La Recuperación Funcional se ocupa de ayudar a la persona a volver a automatizar las acciones que por su alteración previa ha dejado de realizar de forma automática o bien, han sufrido una alteración en su biomecánica adecuada; a recuperar la actitud postural fisiológica, a reintegrar patrones de movimiento adecuados, evitando compensaciones no fisiológicas que derivan en sobrecargas musculares y articulares, dolor y limitación de la movilidad articular.
No basta con la reparación de los tejidos o de los órganos dañados, después de esta reparación es imprescindible un buen trabajo de fisioterapia de recuperación funcional para evitar secuelas, recaídas y nuevas lesiones secundarias, además de sufrimiento físico y psicológico.
Deja una respuesta