En varios post, hemos tratado las consecuencias que teniene la mala higiene postural sobre nuestro cuerpo.
Hoy, me gustaría hacer especial hincapié en un pequeño detalle en el que pocos nos fijamos cuando estamos sentados durante las largas horas de trabajo o bien en casa mientras nos relajamos: cruzar las piernas.

Os sorprendería la cantidad de horas que pasamos al día con las piernas cruzadas. Sólo tenéis que hacer la prueba pensando en vosotros mismos. ¿Cuánto tiempo en total estimas que lo haces al cabo del día? Ya respondo yo, ¡demasiado!

Recordad que existen varias formas de cruzar las piernas: a la altura de los tobillos, rodillas, etc.
Esta práctica tan extendida, crea una descompensación en la cadera que se eleva a la zona lumbar y consigue crear una curvatura en la columna vertebral. No suena bien, ¿verdad? Imaginad lo que provoca esta postura mantenida contínuamente durante horas. Y no, cambiar de pierna de vez en cuando no lo compensa. Por lo que, si alguna vez has tenido problemas sin conocer el origen de éstos, como dolor en la zona del glúteo, dolor lumbar aunque hayáis tenido la espalda «correctamente» apoyada en el respaldo de la silla, etc. podéis mirar en retrospectiva y pensar si la posible causa de estos dolores es la costumbre de tener las piernas cruzadas.
Además, existen otros problemas asociados como problemas circulatorios, que nos regalan la aparición de varices, inflamación en las piernas, etc.
La próxima vez que os sentéis, ya sea para trabajar o para descansar un rato, pensad bien en la posición de vuestras piernas, ya que vuestro cuerpo os lo agradecerá.