Nordic Walking o Marcha Nórdica
Esta práctica, que nació en los países nordicos y actualmente está extendida en todo el mundo, tiene su origen en los años 30 y su objetivo era el entrenamiento de los esquiadores de fondo durante los meses de verano y otoño.
La marcha nórdica es un deporte de resistencia que se practica al aire libre y consiste en caminar con el impulso de unos bastones especiales similares a los de esquí de fondo.
Esta manera de caminar es más efectiva a la hora de controlar el peso que la marcha per se ya que la utilización de estos bastones activa el movimiento del tronco a la vez que trabajamos el tren inferior, con lo que conseguimos un aumento del esfuerzo y , por lo tanto, un mayor gasto energético. A su vez, nos permite entrenar la resitencia cardiorespiratoria, ya que se trata de un ejercicio aeróbico que podemos ir modificando según nuestra condición física. Por otra parte, contribuye a mejorar el desarollo bilateral y favorece la coordinación.
Entre sus beneficios más destacados podemos encontrar:
- Ayuda a mejorar y a pontenciar la condición física.
- El uso de bastones, permite realizar un gasto energético mayor.
- Evita o retrasa la osteoporosis, ya que las vibraciones de los pequeños impactos de los bastones fortalecen los huesos sin dañar las articulaciones.
- Mejora el sistema cardiovascular y aumenta la resistencia cardiorrespiratoria.
- Se implican el 90% de los músculos del cuerpo fortaleciéndolos (más que en la natación).
- Mejora el estado de ánimo, el bienestar y la calidad de vida.
- Es apto para todas las edades.
- Ayuda a mejorar la salud de aquellas personas que han sufrido un cáncer de mama, debido a la fuerza empleada sobre el plexo braquial.
Para una buena práctica del Nordic Walking, existen especialistas en escuelas con los que poder aprender los principios básicos:
- Caminar derecho.
- Amplitud de movimiento de los brazos.
- Ángulo correcto del bastón.
- Longitud del paso.