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La irrupción de las nuevas tecnologías en nuestras vidas, al margen de sus innegables utilidades, ha supuesto un cambio de hábitos posturales que pueden  provocar múltiples alteraciones tanto en la estética como en la funcionalidad de nuestro organismo.

El uso del móvil en una inadecuada actitud postural, por ejemplo inclinando la cabeza en sentido lateral para tender una llamada o inclinando la cabeza hacia abajo para mirar la pantalla, (esta última posición suele adoptarse durante más tiempo),  provoca un aumento de la tensión muscular cervical posterior y lateral, en las fibras medias del trapecio y la musculatura dorsal, así como un acortamiento de la musculatura cervical anterior. Todo esto representa un aumento de la presión sobre los discos intervertebrales cervicales y, por lo tanto, su posible deterioro. Esas son las razones por las que el uso prolongado del móvil produce dolor y contracturas musculares en la zona cervical y dorsal, e incluso puede producir cefalea por dolor irradiado. ¿Cómo podemos evitarlo? Es sencillo: vigilando que nuestra actitud postural sea la correcta. No debemos acercar la cabeza al móvil si no colocar el dispositivo a la altura adecuada, elevándolo con las manos, de forma que, sin necesidad de flexionar la cabeza nuestra mirada se sitúe en línea con él. De este modo mantendremos la alineación correcta de la cabeza y toda nuestra columna mantendrá su posición fisiológica. Por otro lado evitaremos que la acción de la gravedad favorezca la flacidez prematura de la piel en cuello y rostro.
Es importante que mantengamos los brazos apoyados en los costados hasta el codo para evitar sobrecarga en los hombros y elevaremos los antebrazos y manos flexionando los codos.
Otro aspecto a tener en cuenta es la repercusión que tiene en las manos el hecho de escribir desde el teclado del dispositivo. El uso creciente de la mensajería instantánea o el correo electrónico desde el propio dispositivo, somete al pulgar de la mano dominante a un sobreesfuerzo que puede generar tendinopatías principalmente en los tendones extensor y abductor del pulgar.
Debemos tenerlo en cuenta para evitar la sobrecarga tendinosa y usarlo con moderación. Una ayuda a considerar es usar el modo predictivo del teclado que evita un número considerable de pulsaciones.

Otro capítulo importante de nuestra relación con las nuevas tecnologías, es el uso del ordenador. Lo utilizamos en casa y, en muchos casos es la herramienta de trabajo habitual, lo que supone horas y horas sentadas frente a él.  Es muy frecuente que nos encontremos con problemas cervicales (principalmente contracturas, pero cada vez con más frecuencia prolapsos o hernias discales), lumbares (lumbalgias), de hombro (tendinopatías del supraespinoso), de codo (epicondilitis o «codo de tenista») y muñeca y mano (síndrome del túnel carpiano o tendinitis de Dequervein)
En general todas estas patologías son evitables con una instalación adecuada de los elementos a utilizar (pantalla, teclado, ratón, impresora, etc) y una acomodación y posición adecuada del cuerpo.
La silla debe situarse de modo que nuestro antebrazo quede a la altura de la mesa donde se encuentra el teclado y descanse en ella con el codo flexionado de forma natural. La pantalla debe estar a la altura de nuestra línea de visión y ahora viene lo más importante: nuestra actitud postural.
Siempre los pies apoyados con toda la planta y la espalda erguida, los hombros relajados y la cara mirando al frente. Los abdominales activados (metidos hacia adentro) de forma que ayuden a mantener la columna lumbar sin hiperextensión (hundida hacia adelante), de este modo protegemos nuestra columna y evitamos la flaccidez abdominal, ambas cosas muy importantes. El antebrazo debe descansar sobre la mesa de forma cómoda y relajada y la muñeca en posición neutra, ni en flexión ni en extensión cuando manejemos el teclado o el ratón, para conseguirlo son de gran ayuda las almohadillas con apoyo para la muñeca.

Un interesante «truco» para ayudarnos a mantener las piernas ligeras y favorecer el retorno sanguíneo (evitando las piernas pesadas y/o edematosas) es presionar el suelo con los pies de forma alternativa (aproximadamente unas 30 presiones con cada pie) de vez en cuando.
Por supuesto es muy conveniente levantarse de la silla siempre que sea posible y caminar unos pasos o contraer los glúteos para evitar que la inactividad causada por la sedestación mantenida les afecte.
Corregir nuestra posición nos ayudará no sólo a evitar lesiones y dolor, si no también, a mantener nuestro tono muscular correcto, nuestra columna vertebral sana y una mejor forma física. Requerirá un pequeño esfuerzo al principio, pero nuestro cuerpo lo agradecerá siempre.

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