Aprovechando el periodo vacacional, por fin he tenido tiempo para ponerme al día en diferentes temas. Las redes sociales nos permiten acceder a múltiples informaciones de manera inmediata y, debo confesar que un tema en concreto me ha producido preocupación e inquietud como profesional y me ha llevado a plantearme una seria reflexión.
Desde hace algún tiempo observo que bastantes colegas introducen entre sus técnicas de tratamiento lo que he dado en llamar «fashionterapias», es decir «terapias» o «tratamientos» sin el suficiente rigor científico ni evidencia de eficacia terapéutica por el simple hecho de que se han popularizado por determinados medios de gran audiencia o porque personajes conocidos los utilizan. El último caso es el «cupping» popularizado por Phels, pero desde luego no es el único. Suelen ser «técnicas» derivadas de la medicina tradicional china y practicadas en principio por personas sin formación sanitaria acreditada, que se popularizan por diferentes medios y que lógicamente tienen una duración efímera.
Soy consciente de que los fisioterapeutas nos enfrentamos a muchas dificultades en el ejercicio de nuestra amada profesión y el intrusismo practicado por esos pseudoterapeutas sin formación sanitaria no es la menor de ellas, pero creo que hacemos un flaco favor a la Fisioterapia y aumentamos la confusión social adoptando técnicas (por llamarlo de alguna manera) acientíficas, ineficaces y potencialmente peligrosas impropias de verdaderos profesionales sanitarios.
Las consultas no deben ser un bazar donde se ofrezca el «producto» de moda, la profesionalidad nos exige saber lo que hacemos, por qué lo hacemos y sobre todo lo que NO debemos hacer. Es imprescindible la seriedad y profesionalidad, todos sabemos que no hay ninguna técnica mágica que lo arregle todo de inmediato, la Fisioterapia es CIENCIA y ARTE no MAGIA y de lo que se trata es de que sepamos utilizar nuestras herramientas de trabajo, que principalmente son el conocimiento y el sentido común para aplicarlo. Personalmente me preocupa y entristece la deriva que observo en comentarios que he leído con asombro tanto por el fondo como por la forma en algunos foros de profesionales.
En mi opinión ese no es el camino; no debemos adoptar las «armas» de quienes practican el intrusismo ni practicar «técnicas» no suficientemente testadas, si no todo lo contrario, manejar la nuestras de la forma correcta y sabiendo lo que hacemos, solo de este modo nuestros pacientes se sentirán seguros y la sociedad aprenderá a diferenciar y a valorar la Fisioterapia.
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